Resumen
La educación universitaria, es la base que sujeta una sociedad que pretende ser justa, equitativa, diversa, incluyente y democrática. Su esencia va más allá de la formación técnica y profesional, es una amalgama en donde se construye al ser llamado estudiante desde los valores y el estudio del fenómeno. En tal sentido, el papel de la universidad traspasa lo académico y se convierte en el agente leudante de la transformación de los pueblos. La carta que presento aflora con el fin de reflexionar críticamente sobre la capacidad transformadora de la educación en el nivel superior, planteando la urgencia de repensar y resignificar los modelos pedagógicos tratados en el concierto de la academia desde una postura decolonizadora, fuertemente crítica e irreverentemente emancipadora.
Desde una cosmovisión multidimensional -que abarca la política, cultura, economía, ética y por supuesto la epistemología-, se trata de hacer hincapié en cómo la academia tiene que dejar de ser la reproductora de las estructuras de poder imperantes en nuestros pueblos y se convierta en un verdadero laboratorio en donde converjan nuevas formas de pensar, sentir y actuar en el mundo, sin miedos a las mordazas ni a las represalias de las instancias institucionales.
La universidad como espacio de reproducción o de transformación